

Santo Domingo Este, 18 de marzo de 2025 – El Centro Médico Municipal Ralma, un pilar de la salud para los ciudadanos de Santo Domingo Este, ha sido recientemente «reinagurado» en un acto que ha generado controversia y malestar entre quienes conocen la verdadera historia detrás de su recuperación. A pesar de los esfuerzos del actual alcalde, Dío Astacio, por destacar su gestión, un hecho ineludible resuena en la memoria colectiva: fue Manuel Jiménez quien rescató este hospital para la comunidad, y su legado merece ser reconocido.
El 17 de abril de 2024, Manuel Jiménez, entonces alcalde de Santo Domingo Este, entregó el Centro Médico Ralma completamente remozado y equipado, gracias a un esfuerzo conjunto con el Gobierno de Japón, que donó equipos por un valor de US$89,704.00. Este hito no fue un simple acto administrativo, sino el resultado de una visión clara para devolver a los munícipes un espacio de salud digno, que había sido relegado al abandono en gestiones anteriores. Bajo su liderazgo, el hospital no solo recuperó su administración por parte del Ayuntamiento, sino que se transformó en un centro de atención moderna con especialidades como mamografía, cardiología, urología y cirugía menor, beneficiando directamente a miles de personas.
Sin embargo, la reciente «reinaguración» del centro ha omitido deliberadamente el nombre de Manuel Jiménez, un gesto que muchos interpretan como un intento mezquino de borrar su contribución. Lo que agrava esta situación es el manejo irresponsable de los equipos donados por Japón durante la gestión de Dío Astacio. Durante más de siete meses, estos equipos, esenciales para la operatividad del hospital, permanecieron sin uso, acumulando polvo y corriendo el riesgo de perder su garantía. Esta negligencia, que roza la mediocridad, parece responder más a una agenda política de eclipsar el legado de Jiménez que a un interés genuino por el bienestar de la ciudadanía.
Manuel Jiménez no solo firmó el acuerdo con Japón para equipar el hospital, sino que logró que el Ayuntamiento retomara su administración, asegurando que el centro sirviera a los intereses de la comunidad y no a burocracias externas. Su entrega en abril de 2024 fue un momento de orgullo para Santo Domingo Este, un símbolo de lo que se puede lograr con voluntad y compromiso. En contraste, la actual administración ha preferido guardar silencio sobre estos logros, dejando que el tiempo y la indiferencia desgasten la memoria de quien verdaderamente rescató el Ralma.
La ciudadanía no olvida. Manuel Jiménez fue, es y será recordado como el artífice de esta transformación. Ningún acto de reinaguración tardía ni la inacción de quienes hoy ocupan el poder podrán cambiar esa realidad. El Hospital Ralma es un testimonio vivo de su dedicación, y la mediocridad de quienes buscan opacarlo solo resalta aún más su grandeza.

